Nach 33 Jahren: Friedensabkommen in El Salvador in Gefahr
Kommuniqué
München 16.01.2025
Menschenrechts- und Solidaritätsorganisationen prangern Repression und Autoritarismus des Regimes von Präsident Bukele an und fordern die Freilassung Tausender willkürlich Inhaftierter
Am 16. Januar 1992 wurden im zentralamerikanischen El Salvador Friedensabkommen unterzeichnet, die das Ende eines 12-jährigen Bürgerkriegs zwischen der salvadorianischen Regierung und der Guerilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) markierten. Die Essenz dieser Abkommen ist nun in höchster Gefahr. Präsident Nayib Bukele verunglimpft sie als Farce. Deswegen finden derzeit rund um den Jahrestag der Unterzeichnung weltweit Aktionen in Solidarität mit der erneut von Unterdrückung und Repressionen betroffenen salvadorianischen Bevölkerung statt.
In München zeigten das Ökubüro und Mitglieder der El Salvador-Solidarität vor dem Generalkonsulat der Republik El Salvador am Promenadeplatz ihre Verbundenheit mit den Forderungen nach Einhaltung der Menschenrechte, der Freilassung aller willkürlich inhaftieren Gefangenen und dem Nein zum umweltgefährdenden metallischen Bergbau in dem kleinen und dichtbevölkerten Land, das unter extremer Wasserknappheit leidet.
Hintergrund
Die Friedensabkommen von 1992 führten zur Reduzierung der Macht der Oligarchie und der Armee, was erstmals eine Form der sozialen und politischen Umgestaltung hin zu mehr sozialer Gerechtigkeit und Demokratie ermöglichte. Sie trugen entscheidend dazu bei, dass soziale Verbesserungen, darunter messbare Fortschritte im Bildungs- und Gesundheitsbereich, langsam umgesetzt werden konnten.
Die gegenwärtige Regierung unter Präsident Nayib Bukele bezeichnet die Friedensverträge hingegen als „Farce“. Kritiker*innen werfen ihr vor, die Fortschritte der Friedensabkommen zurückzudrehen und ein autoritäres System zu etablieren. Ökonom*innen und NGOs berichten über die Verschlechterung der Lebensbedingungen der Armen und die zunehmende Repression gegen politische Gegner*innen und soziale Bewegungen. Besonders beunruhigend sind die wachsende Zahl politischer Gefangener, die ehemalige Regierungsmitglieder ebenso umfasst wie Aktivist*innen der neuen sozialen Bewegungen, sowie willkürliche und unrechtmäßige Massenverhaftungen. El Salvador ist das Land mit der höchsten Inhaftierungsrate weltweit.
In den letzten Jahren und Monaten haben unter Bukele zahlreiche Menschenrechtsverletzungen und Massenentlassungen im öffentlichen Dienst extrem besorgniserregende Dimensionen erreicht. Besonders betroffen sind auch der informelle Sektor, wie etwa Straßenverkäufer*innen, die Landbevölkerung und indigene Gemeinschaften. Sie werden unter Druck gesetzt, ihr Land zu verkaufen oder sich dem Regime zu unterwerfen. Ohnehin benachteiligte ärmere Teile der Bevölkerung berichten zudem von einer zunehmende Gewalt durch Sicherheitskräfte, die in vielen Fällen die frühere Gewalt durch kriminelle Banden ersetzen würden.
Ein weiteres Thema, das zunehmend in den Fokus rückt, ist die umstrittene Politik der Regierung Bukele in Bezug auf Megaprojekte, Bergbauindustrie und Bitcoin. Eine breite Mehrheit der Bevölkerung hat sich gegen die umweltschädliche Ausbeutung von Bodenschätzen wie Gold, Silber, Uran, Thorium und die Einführung von Bitcoin als gesetzliches Zahlungsmittel ausgesprochen. Diese Themen sind Ausdruck eines tiefergehenden Konflikts zwischen den Interessen des regierenden Clans und der Mehrheit der Bevölkerung, die sich Zugang zu sauberem Wasser, den Erhalt der wenigen noch intakten Ökosysteme und eine gerechtere Verteilung von Wohlstand und Ressourcen wünschen.
Am 12. Januar 2025 fanden erneut landesweite Mobilisierungen statt, die sich mit der historischen Bedeutung der Friedensabkommen und der aktuellen politischen Situation auseinandersetzten. Die Erinnerung an die Kämpfe, die zur Unterzeichnung der Friedensabkommen führten, ist von zentraler Bedeutung, um eine ungebremste Entwicklung autoritärer Strukturen und Menschenrechtsverletzungen zu verhindern.
In Deutschland und weltweit solidarisieren sich Menschen in dieser Woche mit denjenigen, die sich für die Wahrung der Menschenrechte, den Schutz der Umwelt und die Verbesserung der sozialen Bedingungen in El Salvador einsetzen. Der 16. Januar erinnert an die Bedeutung von Frieden, Gerechtigkeit und Freiheit für alle.
Wir stehen in Solidarität mit den Menschen in El Salvador, die für ihre Rechte, ihre Geschichte und ihre Zukunft kämpfen.
Wir unterstützen die Forderungen der salvadorianischen Zivilgesellschaft
No a la minería – Nein zum Bergbau
No a la persecución política – Nein zur politischen Verfolgung
No a los despidos injustificados – Nein zu ungerechtfertigten Massenentlassungen
No a las violaciones de los derechos humanos – Nein zu Menschenrechtsverletzungen
Quellen und mehr Infos:
https://www.ai-el-salvador.de/files/ai_el_salvador/PDFs/El-Salvador-21-01-14-Bukele.pdf
https://www.deutschlandfunk.de/vor-25-jahren-friedensschluss-in-el-salvador-100.html
https://amerika21.de/2024/12/273043/extreme-armut-el-salvador
https://www.hrw.org/video-photos/audio/2024/09/23/mass-graves-mass-incarceration
https://www.bpb.de/themen/kriege-konflikte/dossier-kriege-konflikte/330977/el-salvador/
https://focostv.com/gobierno-de-bukele-responde-a-la-marcha-blanca-con-una-ola-de-despidos/
https://amerika21.de/2024/08/271084/elsalvador-vertreibungen-massentourismus
https://www.hrw.org/news/2024/07/16/el-salvador-rights-violations-against-children-state-emergency
https://uca.edu.sv/iudop/wp-content/uploads/2024/12/PPT-Iudop-2024-Mineria.pdf
Traducción del comunicado al Español:
Munich, 16 de enero de 2025
Peligran los Acuerdos de Paz en El Salvador
Organizaciones de derechos humanos y solidaridad denuncian la represión y el autoritarismo del régimen del presidente Bukele y exigen la liberación de miles de detenidos arbitrariamente.
El 16 de enero de 1992 se firmaron en El Salvador los Acuerdos de Paz que pusieron fin a 12 años de conflicto armado interno entre el gobierno salvadoreño y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Los acuerdos significaron un paso importante hacia un estado de derecho y una sociedad más democrática y justa. Ahora, el autoritario presidente de El Salvador, Nayib Bukele, los denigra como una farsa y, por ejemplo, encarcela arbitrariamente a los participantes en las negociaciones de paz a pesar de estar gravemente enfermos. La población salvadoreña vuelve a ser victima de opresión y represión. Por ello se están organizando campañas de solidaridad en todo el mundo con motivo del aniversario de la firma de los acuerdos, advirtiendo del peligro de que se desmantelen los Acuerdos de Paz.
En Múnich, Alemaná, la Oficina Ecuménica por la Paz y la Justicia y miembros de Solidaridad con El Salvador manifestaron frente al Consulado General de la República de El Salvador en Promenadeplatz su solidaridad con las reivindicaciones de respeto de los derechos humanos, liberación de todos los presos detenidos arbitrariamente y rechazo de la minería metálica perjudicial para el medio ambiente en el pequeño y densamente poblado país, que sufre una extremo estrés de agua.
Antecedentes
Los Acuerdos de Paz de 1992 condujeron a una reducción del poder de la oligarquía y el ejército, lo que permitió por primera vez una forma de transformación social y política hacia una mayor justicia social y democracia. Contribuyeron de manera decisiva a la realización paulatina de mejoras sociales, incluidos avances apreciables en los sectores de la educación y la sanidad.
En cambio, el actual gobierno del Presidente Nayib Bukele califica los acuerdos de paz de «farsa». Los críticos le acusan de hacer retroceder los avances logrados en virtud de los acuerdos de paz e instaurar un sistema autoritario. Economistas y ONG denuncian el empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores empobrecidos de la población y el aumento de la represión contra los opositores políticos y los movimientos sociales, mientras que el creciente número de presos políticos, que incluye a antiguos miembros del gobierno y a activistas de los nuevos movimientos sociales, y las detenciones masivas arbitrarias e ilegales son especialmente preocupantes. El Salvador es el país con la tasa de encarcelamiento más alta del mundo.
En los últimos años y meses, las violaciones de los derechos humanos y los despidos masivos en el sector público han alcanzado dimensiones extremadamente preocupantes bajo el mandato de Bukele. Además, en el contexto de los proyectos turísticos previstos, el sector informal en particular, como los vendedores ambulantes, la población rural y las comunidades indígenas, se ven afectados por los desalojos. Se les presiona para que vendan sus tierras o se sometan al régimen. Los sectores más pobres de la población, ya de por sí desfavorecidos, también denuncian el aumento de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad, que en muchos casos según ellos sustituyen la violencia anterior por bandas criminales.
Otra cuestión que cada vez está más en el candelero es la controvertida política del gobierno de Bukele con respecto a los megaproyectos, la industria minera y el Bitcoin. Una gran mayoría de la población se ha manifestado en contra de la explotación de recursos naturales como el oro, la plata, el uranio y el torio, que perdujican el medio ambiente y en contra de la introducción del Bitcoin como moneda de curso legal. Estas cuestiones son expresión de un conflicto más profundo entre los intereses de los gobernantes y la mayoría de la población, que quiere acceso a agua limpia, la preservación de los pocos ecosistemas intactos que quedan y una distribución más justa de la riqueza y los recursos.
El 12 de enero de 2025 volvieron a celebrarse movilizaciones en todo el país para recordar el significado histórico de los acuerdos de paz y la situación política actual. Recordar las luchas que condujeron a la firma de los acuerdos de paz es de vital importancia para evitar el desarrollo incontrolado de estructuras autoritarias y violaciones de los derechos humanos.
Esta semana, personas de Alemania y de todo el mundo muestran su solidaridad con quienes trabajan para proteger los derechos humanos, proteger el medio ambiente y mejorar las condiciones sociales en El Salvador. El 16 de enero es un recordatorio de la importancia de la paz, la justicia y la libertad para todes.
Nos solidarizamos con el pueblo salvadoreño que lucha por sus derechos, su historia y su futuro.
Apoyamos las reivindicaciones de la sociedad civil organizada salvadoreña:
No a la minería
No a la persecución política
No a los despidos injustificados
No a las violaciones de los derechos humanos
Links: https://www.ai-el-salvador.de/files/ai_el_salvador/PDFs/El-Salvador-21-01-14-Bukele.pdf
https://www.hrw.org/news/2024/07/16/el-salvador-rights-violations-against-children-state-emergency
Contacto: Andrea Lammers elsal@oeku-buero.de